

La industria que estamos ayudando a construir no es solo la del plástico alternativo.
Biomasa, logística, industria, narrativa: todo por construir.
Cuando empezamos Landopp, una de las primeras decisiones estratégicas fue elegir la materia prima con la que íbamos a desarrollar nuestro biopolímero.
Y elegimos el cáñamo industrial. No por moda. No por rebeldía. Por oportunidad real.
Las razones eran claras:
– Un residuo con muy poca valorización comercial
– Proyecciones de crecimiento sostenido a nivel global
– Y propiedades técnicas que encajaban con lo que buscábamos: rigidez, resistencia, capacidad de mezclado
Sabíamos que no era un camino sencillo. Pero también sabíamos que, si queríamos proponer una solución que combinara sustentabilidad con escalabilidad, no podíamos usar las materias primas de siempre.
Lo que quizás subestimamos fue la complejidad real de esa elección.
El cáñamo industrial, al menos en nuestra región, no es una industria consolidada.
Es una red de actores diversos (productores, transformadores, laboratorios, empresas) que todavía están buscando formas de integrarse.
No hay genética estandarizada.
No hay procesos postcosecha comunes.
No hay cadenas logísticas desarrolladas.
Hay entusiasmo. Hay convicción. Y hay mucho por aprender.
Lo vivimos desde el primer kilo que compramos, cuando el material llegó húmedo, con restos vegetales mezclados, sin saber del todo si era apto o no para uso técnico.
Y lo seguimos viviendo cada vez que hacemos un test y vemos cómo cambia el rendimiento según la partida de origen, el tratamiento que recibió o el tiempo de almacenamiento.
Pero no lo vemos como un error.
Lo vemos como parte de lo que implica innovar de verdad.
Elegir una materia prima emergente implica también asumir la responsabilidad de construir su cadena de valor.
Es trabajar con productores, ayudar a definir estándares, pensar en alianzas, proponer nuevas formas de uso.
En resumen: es trabajar con una visión de sistema, no solo de producto.
Si hubiéramos querido certezas, habríamos elegido otro camino.
Pero entonces Landopp no existiría.
Y justamente por eso estamos acá.
Otras noticias relacionadas
-
Innovación
Innovación en materiales plastificables
Creemos que el futuro no necesita más plásticos fósiles, sino alternativas que respeten el ciclo natural de la vida.
-
Innovación
Los distintos bioplásticos y sus usos: una solución sostenible para cada necesidad
El mercado de los bioplásticos está en pleno crecimiento, pero no todos son iguales, ni cumplen el mismo propósito.
-
Innovación
Del fútbol a la sostenibilidad: el exfutbolista que transformó su carrera en una empresa millonaria y verde
En un giro inesperado, el exjugador de la Premier League encontró su propósito más allá de las canchas: liderar una compañía comprometida con la sostenibilidad que hoy vale millones.
-
Microplásticos
¿Sabías que un litro de agua embotellada puede contener 250.000 partículas de nanoplásticos?
Reducir el uso de plásticos es clave para cuidar nuestra salud y el planeta.